sexta-feira, 18 de maio de 2012

61 - SCHOPENHAUER

Los alumnos no aprenden para ganar conocimiento e instruirse, mas para poder cotorrear y ganar aires de importante ante los otros. Schopenhauer. Encontré hoy esa frase de ese filósofo alemán, la cual me hizo reflexionar sobre mí mismo, sobre mi historia personal en relación a la “adquisición de conocimientos” y también sobre la Instructora que conocí hace pocos días atrás… Me parece que la instructora conoce esa frase, y la adoptó como una “gran verdad” para aplicarla en relación a los “alumnos” que llegan a ella: La ácida ironía del filósofo con su frase, está presente también en la instructora en relación a las “historias personales” de aquéllos que llegan hasta ella: -No perderé mi tiempo y mi atención oyéndoos, pues todo lo que tenéis dentro de vuestra cabeza y vuestra memoria no vale nada, y ni siquiera teníais “buenos motivos” para adquirir los conocimientos que tenéis (Schopenhauer hablando a través de la “cabeza particular de esa Instructora”)… Y la Instructora por propia cuenta continuaría: -Vaciad vuestras cabezas, pues nada de lo que existe en ellas vale algo, y escuchar las Instrucciones Celestiales que a partir de ahora oiréis de mis labios y a partir de ahora guiarán vuestros pasos para vuestro propio bien… Después de la “catástrofe principal de mi vida” (el conflicto con la estructura religiosa que me acogió al nacer, ya relatado) fueron diversos “movimientos filosóficos religiosos” con los que me envolví, pero en todos ellos llegué hasta donde el “buen sentido” me permitía ir sin empeñar de forma más profunda mi palabra y mi vida con esos ‘’movimientos”… Lo que me llevaba a esa “aproximación”, era apenas ver lo que tenían para ofrecer en substitución a las Falsas Verdades Transcendentales, del “medio religioso” en que nací: así que sentía que estaba pisando en “arenas movedizas” semejantes a las que casi me tragaron en mi infancia, yo volvía atrás para ponerme a salvo antes de avanzar más… ¡La instructora que conocí días atrás, es apenas una más entre los muchos representantes de organizaciones religiosas e iniciáticas que conocí en mi vida!... Sobre el satírico comentario de Schopenhauer en relación a lo que ocurre con los “alumnos”, pienso que eso debería ser aplicable a las escuelas donde él propio se instruyó, y que puede ser aplicable también a las escuelas en que son instruidos los alumnos de las “clases privilegiadas” de las sociedades alrededor del mundo… En villorrios apartados del centro de la pequeña ciudad donde vivo, mal llega la estructura de enseñanza para atender la alfabetización y hasta existe mucho analfabetismo por aquí… La frase del filósofo, por aquí puede ser válida para una o dos docenas de “alumnos privilegiados” que nacieron en medio de algunas familias tradicionales… Para la mayoría de los críos de éste lugar, como para los hijos de los “parias” hindús, como para mí cuando yo era crío, la satírica frase del filósofo, no es aplicable… Yo nací en el fin de la Guerra Civil Española, en tiempos en que la propia “sobrevivencia física” era extremamente difícil… Mandar los niños a la Escuela para aprender, era cosa de quien podía y si es que podía… Excepcionalmente, yo aprendí a leer muy pequeño (mis padres ni se dieron cuenta de cómo aprendí, pues ellos vivían en la calle luchando por la sobrevivencia de toda la familia: mi abuela Julia ciega, mi tía Inés que vivía “aislada del mundo”, con las facultades mentales en situación precaria después de un fracaso amoroso de su juventud y que vivía cerrada en su cuarto rodeada de libros y revistas de los “tiempos llenos de esperanza de juventud”, libros esos que me sirvieron para yo aprender a leer de forma “milagrosa” en la forma de ver de mis padres)… Yo fui todavía durante algún tiempo a la “escuela oficial”, pero enseguida tuve que abandonar los estudios, y cambiar los libros por palas y azadas, y juntarme a mis padres en la “lucha por la sobrevivencia”… Cuando yo tenía 24 años ocurrió un verdadero “milagro” en mi vida: en la Fundición donde yo trabajaba desde los 14 años, haciendo trabajos brutales, hicieron unos exámenes de selección entre los operarios para éstos pasar a realizar servicios propios de oficina: Yo fui uno de los seleccionados, y aquél “milagro” me animó a hacer cursos de perfeccionamiento por correspondencia en el área de Proyectos Industriales, un área técnica de la cual ya tenía algunos conocimientos básicos (apenas teóricos, pues no había donde yo vivía ni escuelas para estudiar, lo que me llevaba a hacer diversos cursos por correspondencia, y ni tenía empresas donde pudiese trabajar en esa área, lo que me obligó a salir de la ciudad donde vivía para poder progresar en materia de estudios y de empresas donde aplicar mis conocimientos)… A partir de ahí todo ocurrió muy rápido: adquirí estabilidad financiera y de empleo en el área pretendida, y dejé los libros técnicos de lado y los cambié por filosóficos (Filosofía de la Ciencia más específicamente) para intentar rellenar el “vacío religioso” que dejó en mí la falta de una Explicación Transcendental que la Religión Oficial del ambiente en que nací me daba, y que al fin se mostró para mí como una Gran Farsa… Luego enseguida apareció la oportunidad de emigrar para Brasil (de forma “milagrosa” de nuevo, pues ya había pensado cuando era crío de conocer “algún país con selvas”, donde incluso se ofrecía “curso de especialización en proyectos”, área esa de mi interés “recién adquirido”, lo que daba hasta un “fundamento” a la idea inicialmente “loca” de emigrar para un país que aparentemente solo tenía “selvas, indios y fieras” conforme era mostrada la “idea de Brasil” como país, en el lugar donde nací)… Y también Brasil satisfacía a otro sueño mío de crío: publicar algún día algún libro (todavía era niño cuando empecé a escribir uno, pero con mis ideas donde predominaban mis “conflictos insolubles” con el medio religioso intolerante y totalitario donde cualquier vestigio de contrariar las normas eclesiásticas vigentes eran reprensibles, con esa circunstancia imperante, tornaban mis ideas impublicables y “super-secretas”, para ser guardadas sin mostrar para nadie para evitar más complicaciones que las que ya tenía con la Religión Oficial: ¡Brasil podría ser, como realmente fue, el lugar propio para publicar mis ideas y que mi país de origen no era en absoluto!)… Caro Schopenhauer: tu frase puede tener validad para ti, en el medio socio-cultural donde naciste y creciste… Para mi caso no es válida tu frase, mi caso es “un poco más complicado” que aquél tuyo por lo que me parece… Y ahora va también mi recado para la Instructora que me parece que “bebió de tu fuente”, para “nulificar” la validad de todos los frutos que recogí durante toda mi “peregrinación” por el “Universo del Libre-Pensar Filosofal”: ¡No tengo nada para te decir… y tampoco tengo nada más para de ti oír!... ¡Sigue tu Camino mientras que yo sigo el mío, que ellos son diferentes y bien diferentes!... Brasil 18 / V / 2012.

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